Y tú, ¿sabrías distinguir entre la pérdida de alimentos y el desperdicio de comida? Ambos son problemas muy graves para el planeta pero se deben solucionar de forma distinta ya que ¡no son lo mismo! A continuación te contamos en qué se diferencian, así que mucha atención al siguiente post.
Qué es la pérdida de alimentos
La pérdida de alimentos hace referencia a la disminución de la calidad o cantidad de los alimentos a lo largo de la cadena alimentaria, desde que son recolectados o recogidos hasta que llegan a los minoristas, como consecuencia de las acciones y decisiones de sus responsables. Por ejemplo, sería pérdida de alimentos desde una disminución en la cantidad de fruta o verdura recogida aprovechable porque se recolecta demasiado pronto hasta el empeoramiento de la calidad de la carne o el pescado que no se ha almacenado correctamente, pasando por el desperdicio de productos que se estropean durante el transporte porque los medios no eran los adecuados.
Por lo tanto, la pérdida de alimentos sucede en las explotaciones agrícolas, granjas, piscifactorías y mataderos, en los almacenes, y en el transporte.
Qué es el desperdicio de alimentos
Por otra parte el desperdicio de alimentos es el desaprovechamiento de comida apta para el consumo humano que no se come por cualquier motivo: porque no cumple con los cánones estéticos de la industria, porque se hace mala en el supermercado o en las despensas, porque termina en la basura como parte de las sobras, porque se tira por error…
El desperdicio alimentario, al contrario que la pérdida, sucede en los puntos de venta (tanto en mercados y supermercados como en restaurantes) y en los hogares.
La pérdida de alimentos y el desperdicio de comida: un problema que debe terminar
¿Sabes cuánta comida se echó a perder en 2019 entre la pérdida y el desperdicio de alimentos? 931 millones de toneladas, o lo que es lo mismo, el 17% del total de la comida consumible en el mundo. Estas cifras son inasumibles, y por eso debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para ponerle fin a este problema que afecta al medio ambiente y a las condiciones de vida de millones de personas alrededor del mundo: desde exigir responsabilidades a todos los implicados en la cadena alimentaria hasta cambiar nuestros hábitos de consumo para alimentarnos de forma más eficiente y sostenible. Al planeta no le queda mucho tiempo así que ¡hay que ponerse manos a la obra ya!