Existen infinidad de presuntas herramientas diagnósticas para la detección de intolerancias alimentarias, pero la mayor parte de estas son fraudulentas aunque se utilicen en ciertos entornos sanitarios. En este post aprenderás a distinguirlas y conocerás las alternativas válidas.
Sin abandonar los contenidos relacionados con el aparato digestivo de los últimos meses (aquí hablamos del SIBO y aquí de la dieta baja en FODMAPs), en este artículo se va a hacer una mención especial a uno de los temas que más se han popularizado en los últimos años: las presuntas pruebas para la detección de las intolerancias alimentarias.
Tres claves que explican por qué hay tantos test fraudulentos de intolerancias
Existe una frase lapidaria atribuida a Abraham Lincoln (ex presidente de los Estados Unidos entre 1861 y 1865) en la que se afirma que se puede engañar a todas las personas durante un cierto tiempo y a un cierto número de personas todo el tiempo, pero que no se puede engañar a todas las personas todo el tiempo. Fuera o no cierto que Lincoln pronunciara textualmente esta frase (fuentes documentadas afirman que no hay registros de ello) la idea es francamente cautivadora: no se puede mantener a todo el mundo constantemente engañado ya que, se sobreentiende, en algún momento alguien se dará cuenta del engaño, lo hará público y a partir de entonces la verdad estará disponible para todo el mundo. Sin embargo, por muy seductora y aparentemente racional que parezca una sentencia, no implica que el mundo real cumpla con ella. En especial cuando se da un cóctel de circunstancias que lo impiden, tal y como sucede con los fraudulentos test de diagnóstico masivo de intolerancias alimentarias que encontramos a día de hoy en el mercado. Estos ingredientes son tres:
- Tu malestar: Me refiero a tu malestar digestivo, a la diarrea, las náuseas, la hinchazón y, en resumen, a toda esa sintomatología que, de forma objetiva, sientes en el momento de hacer la digestión. Esta situación, repetida todos los días, incluso varias veces al día, representa un potente acicate para que trates de ponerle remedio y busques la solución. El problema en este punto está en que muchas, por no decir todas las dolencias que padeces se pueden deber a infinidad de causas, no solo a una determinada intolerancia. Es decir, y en una sola palabra, esa sintomatología que padeces es inespecífica, que es lo mismo que decir que no tiene una única causa evidente. Lo cual nos lleva a la siguiente clave.
- La palabrería científica: Es en este momento cuando ciertas personas con o sin titulación sanitaria -a las que apodaré de forma genérica como Dr. Aprovechategui- ven la situación perfecta para poner en marcha un negocio que abusa de tu malestar. De esta forma mencionarán ciertas proteínas dañinas que tu cuerpo no reconoce, hablarán de inmunoglobulinas, de alteraciones de tus enzimas digestivas, de muestras de sangre, de máquinas de electrodiagnóstico, de biorresonancia, de avanzadísimos laboratorios de nombres rimbombantes y de novedosos test. Su oferta comercial (es comercial porque siempre hay una transacción económica de por medio… y no precisamente pequeña) se disfraza en webs de apariencia científica y sanitaria o en centros de herbodietética o incluso en farmacias en donde los mismos u otros “Doctores” de la familia Aprovechategui de toda la vida, darán lustre -bata blanca en ristre- al engaño. En dichas webs o de propia voz mencionarán el alivio cierto y seguro que supone seguir las indicaciones fruto de los resultados del test, al tiempo que pondrán encima de la mesa decenas de casos de éxito. Por cierto, es importante destacar que ambas circunstancias (el proporcionar garantías de alivio cierto y el usar testimonios de pacientes) son prácticas textualmente prohibidas en nuestra normativa. En concreto en el Real Decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria (ver artículo 4).
- Tu desconocimiento: Los Doctores Aprovechategui saben que la mayor parte de personas no saben nada de estas cosas, ni de legislación ni, por supuesto, de fisiología. Saben que esa gran mayoría a la que se dirigen no sabe distinguir una intolerancia de una alergia y saben al mismo tiempo que nuestras autoridades sanitarias apenas hacen cumplir el marco legislativo que les aplica.
Así, y con todos estos ingredientes tenemos la receta perfecta para que Lincoln, o quien sea, se coma sus palabras. Al igual que un servidor que lleva muchos años denunciando públicamente los test fraudulentos de intolerancias alimentarias, muchos otros compañeros han salido a la palestra pública, alertando de esta clase de pruebas y test. Llevamos así más de 10 años. Por lo que se ve, sí que se puede tener engañada a una cantidad importante de personas todo el tiempo.
¿Crees que hay algo en lo que comes que te sienta mal? Esto es lo que puedes hacer
Acude al Sistema Nacional de Salud. En él encontrarás profesionales sanitarios, el primero de atención primaria que, llegado el caso y conociendo la casuística de cada persona, propondrán una serie de pruebas diagnósticas o te derivarán a otros profesionales sanitarios, típicamente especialistas de digestivo. Curiosamente, en el mencionado Sistema Nacional de Salud, NO encontrarás ni una sola de las supuestas pruebas masivas de detección de intolerancias alimentarias. Ni una sola.
Realizada la correspondiente anamnesis serán estos profesionales del SNS quienes podrán (o no) sospechar de una (en singular) o varias intolerancias alimentarias. Para terminar de confirmarla o de descartarla propondrán las correspondientes pruebas únicas (cada prueba para cada una de las intolerancias de las que se sospeche).
Y esto es lo que NO debes hacer
- Huye del autodiagnóstico. Por muy acertada o coincidente con tu situación que te parezca una determinada página web que vende test masivos de intolerancias alimentarias, ten en cuenta que esa redacción está ideada para hacerte picar abusando de tu desconocimiento, jugando con tus esperanzas de alivio y usando palabrería científica.
- Huye de los test masivos. Las intolerancias alimentarias NUNCA se identifican de forma masiva. Solo se identifican o descartan una a una en pruebas específicamente diseñadas para ello. Así lo sostienen la totalidad de las sociedades científicas y médicas especializadas en estas cuestiones.
Huye de farmacias, centros sanitarios privados, peluquerías, centros de fisioterapia o cualquier otro centro que promueva los test descritos en el punto anterior. Por muy disparatada que te parezca esta relación de establecimientos, que van desde las peluquerías a los centros sanitarios privados, en todos ellos se dan casos de Doctores Aprovechategui que, ya sea con título académico o sin él, van a tratar de exprimir tu cartera planteando pruebas fraudulentas.