Un gran número de personas come a diario fuera de casa, es decir, en su entorno laboral o de estudio. Sea cual sea la opción que hayas elegido hay varios consejos si se pretende mantener una alimentación saludable.
Reconozco que tengo un cierto sesgo a la hora de expresar mi opinión sobre lo de comer fuera de casa a mediodía y por obligación: no me gusta. A mí, de normal, y salvo cuestiones celebrativas, festivas o ligadas al ocio, me gusta comer en casa a diario.
Pero tal y como reza el refranero español, “a la fuerza ahorcan”, siendo preciso reconocer que, de un tiempo a esta parte, pongamos 40 o 50 años, se ha experimentado una fuerte tendencia, forzadas por las circunstancias, hacia la realidad de que padres, madres, hijos y parejas coman por separado al medio día. Cada uno allá donde el destino laboral o académico lo haya ubicado. Cada uno también, frente a una oferta variable de posibilidades. Comedor laboral/escolar, menús, fiambreras, oferta hostelera en las cercanías, etcétera.
No puedes olvidar que…
Hay una reflexión importante al respecto de haber cambiado de forma tan radical y en tan poco tiempo la forma que tenían de alimentarse a mediodía nuestros padres o abuelos: Comer fuera de casa, todos los días de una semana laboral, son muchos días. Así que tendrá un impacto sobre nuestra salud o la de nuestros hijos considerable. Esto quiere decir que más vale que te preocupes por escoger, dentro de un abanico de posibilidades, aquellas más saludables. Por ejemplo:
- Haciendo buenas elecciones (si es que hay varias) entre la oferta de platos de los menús. A día de hoy muchos servicios de cocina colectiva suelen ofrecer distintas opciones entre los primeros platos, los segundos y los postres.
- Otra posibilidad es la de escoger (de nuevo si fuese posible) la opción de comer de fiambrera en la que cada uno controla al máximo lo que come.
- Además, si se sale del centro de trabajo para comer, también se puede elegir el establecimiento en base a la calidad de su oferta.
- Si no hay posibilidad de elección porque allá donde se come solo hay una oferta de menú, sin opciones, solo te queda la posibilidad de hacer sugerencias o propuestas al servicio de cáterin si la oferta diaria no te parece adecuada. Porque ojo, esto de dar de comer a una colectividad ya sea en un colegio o en un centro de trabajo, se puede resolver haciéndolo muy mal, regular… pero también muy bien.
Dos características, solo dos, para realizar almuerzos saludables
Sé que la cantidad de escenarios puede ser infinita, al igual que la forma en la que finalmente concretemos nuestro menú, ya sea que comamos de fiambrera, en un restaurante de un polígono industrial, en la cantina de nuestro centro de trabajo (o escolar) o ya sea, incluso, que comamos en casa. Porque estas dos características son tan básicas de un patrón de alimentación saludable que deberían estar presentes sea donde sea que terminemos por comer, sea verano o invierno, es decir, estos dos consejos deberían ser los pilares sobre los que construir nuestro patrón alimentario saludable:
- Procura que en todas tus comidas principales (y la comida que se realiza al medio día lo es) contenga, al menos, una ración de alimentos vegetales ya sea en fresco (por ejemplo, cualquier ensalada) o cocinados (por ejemplo, una coliflor al horno gratinada). Este consejo se puede llevar a cabo dando el protagonismo como ingredientes a los vegetales en el primer plato (hay infinidad de soluciones) y/o estando presentes (crudos o cocinados) en las guarniciones de los segundos platos. Insisto, esta recomendación dice “al menos” una ración, ya que no pasaría nada de nada por poner de primero un wok de tallarines y verduras salteadas, y de segundo una merluza a la romana con pimientos verdes.
- En referencia de nuevo a las dos comidas principales del día, los postres serán fruta. Sí, tal y como sucedía en casa de tus padres o de tus abuelos hace 20, 30, o 40 años, la fruta ha de ser la elección obligada. Para ello recuerda que hacerlo con fruta de temporada, suele resolverse con elecciones que además de ser variadas, también serán más sabrosas y económicas.
Seguro que en la mayor parte de los casos y con independencia del modelo de comidas que sigues en la semana laboral (fiambrera, comedor colectivo o diversos establecimientos de restauración) puedes escoger hacer estas elecciones que te acercan, a buen seguro, a un patrón de alimentación más saludable.